Amigos jardineros, ¡bienvenidos al encantador mundo del huerto, donde la magia sucede y los milagros cobran vida! Hoy os presentamos a KERMIT, nuestro pequeño sapo que aún se cree una bonita rana, un príncipe en el jardín Mandala.
Teníamos echado el ojo a Gustavo, que acechaba tras una piedra del pozo, así que le invitamos a participar en la aventura del Mandala.
Imagina por un momento nuestro verde huerto, donde las verduras y las frutas crecen en profusión. ¡Un paraíso para las papilas gustativas y los ojos!
Cazador gourmet
Nuestro sapo es un formidable cazador de plagas de jardín. Como guardianes del equilibrio ecológico, se alimentan de insectos no deseados. ¡Todas esas criaturitas mordedoras o voraces que buscan mordisquear nuestras preciosas hortalizas pronto tendrán que tener cuidado! Gustavo será nuestro justiciero, ¡dispuesto a todo para defender nuestro oasis verde!
Jardinero
Los talentos de nuestro sapo no acaban aquí: es un jardinero sin igual. ¿Sabías que a los sapos les encanta cavar agujeritos en el suelo? Pues bien, estos agujeros son de vital importancia en el jardín. Al cavar, como algunos roedores, airean la tierra, favoreciendo la circulación de aire, agua y nutrientes. Esto facilita que las raíces de las plantas se desarrollen y obtengan los elementos que necesitan para crecer. ¡Así que nuestro sapo será uno de los artífices de nuestro futuro suelo fértil y generoso!
Tenor
Cantante excepcional, Gustavo arrullará nuestras noches estrelladas con algún melodioso y hechizante “lamento de la babosa perdida”… Embriaga de alegría a las plantas y las anima a crecer y prosperar. Las hortalizas bailan, las flores se mecen al ritmo del graznido y reina la armonía. Parece sacado de un cuento de hadas… ¡Croaak! Lejos de nuestras ventanas, por suerte.

Camuflaje
Mitad planta, mitad tierra, escondida bajo un acogedor lecho de mantillo, la dejaremos descansar hasta que su despensa esté a la vista.
La próxima vez que veas un simpático sapito en nuestro jardín, tómalo como una señal de buena suerte. Dale las gracias por todo el bien que hace. Nuestros pequeños héroes verdes son verdaderos aliados en la lucha contra las plagas y maestros de la jardinería. Merecen toda nuestra gratitud.