Hasta los años 50, la agricultura bretona estaba dominada por pequeñas explotaciones familiares. La consolidación cambió esta dinámica agrupando las parcelas y modernizándolas con nuevas tecnologías. Esto aumentó la productividad, pero algunos agricultores perdieron sus tierras y se destruyó el paisaje tradicional de bocage de Bretaña. A pesar de ello, Bretaña sigue siendo una importante región agrícola de Francia, que concilia la modernidad con el respeto al medio ambiente.
Kerbelegou, antaño tierra cultivable durante siglos, perdió la mayor parte de sus terraplenes protectores y su rico ecosistema tras la concentración parcelaria. Vastas extensiones de tierra están ahora expuestas a fuertes vientos, poniendo en peligro muchos de los árboles bicentenarios de la parcela de Kerbeleg, que aún conserva sus terraplenes protectores de granito.
Kerbelegou 1950 vs 2020
