
Esta visión de un huerto mandala era un poco ambiciosa, nuestro primer paso en la permacultura, y aún no sabemos adónde nos llevará, pero tenemos ganas de devolver a la Madre Tierra un espacio digno en el que florecer. Con un poco de suerte, tras ensayos más o menos exitosos, muchos errores y un tiempo caprichoso, nos devolverá un poco, o mucho, si le dejamos que vuelva a decir lo que piensa. Muchas gracias a Perrine por tu ayuda, tu inspiración, tu energía contagiosa y a BonPapa por meter las manos en la tierra en cuanto pude andar..
En poco más de un mes, volcamos estos 500m2 de tierra, un césped que había estado apisonado durante décadas, una sola vez para limitar el traumatismo bajo tierra. Las semillas se están incubando en la oficina, que se ha transformado en un invernadero con luz artificial, así que necesitamos sacarlas al aire libre lo antes posible. Las inspiraciones gráficas llegaron a medida que pasaban los días, ofreciendo una ruta deliberadamente serpenteante para perderse entre las calabazas, patatas, zanahorias y otras delicias que ofrece la naturaleza.
Este verano, si el tiempo lo permite, construiremos nuestro propio invernadero de madera antes de, quizá muy pronto, introducir animales, quién sabe..
Últimas publicaciones
Las etapas
Sáltese los episodios y consulte el resumen del proyecto: