Santa Bárbara: una figura de fe y protección

La historia de la Capilla de Santa Bárbara comienza con la vida de la santa del mismo nombre. Santa Bárbara, nacida en el siglo III en Nicomedia, Asia Menor (hoy Esmirna en Turquía), procedía de una familia pagana. Sin embargo, abrazó la fe cristiana, lo que disgustó profundamente a su padre. Éste la hizo encarcelar en una torre y la sometió a crueles torturas para hacerla renunciar a su fe. Por increíble que parezca, Barbe sobrevivió a estas pruebas manteniendo su fe. Frustrado, su padre la decapitó el 4 de diciembre de 235, pero un rayo le alcanzó en el corazón poco después. Desde entonces, Santa Bárbara se asocia con el control del fuego y las tormentas, convirtiéndose en patrona de bomberos, mineros, artificieros, artilleros y marineros reales.
El nacimiento de una capilla

En 1489, una violenta tormenta sorprendió al señor de Toulbodou mientras cazaba en la zona. Parte de la pared rocosa se derrumbó a consecuencia del rayo, provocando una avalancha de piedras cerca del cazador. Aterrorizado, el señor imploró a Santa Bárbara que le salvara de tan peligrosa situación, prometiéndole erigir una capilla en su honor si escapaba a la muerte. El señor cumplió su promesa, y las obras comenzaron al día siguiente. La flamante capilla gótica, enclavada entre la pared rocosa y un barranco, tardó 23 años en construirse.
Características del lugar: historias y leyendas

Otras características del lugar se añadieron en el siglo XVIII. La escalera de acceso a la capilla, que data de 1700, es un ejemplo del ingenio arquitectónico de la época. Durante este periodo también se construyó un osario en la escalera principal, aunque su finalidad original sigue siendo un misterio. Durante los indultos, los sacerdotes lo utilizaban para vender medallas y velas a los fieles.
El oratorio de Saint-Michel, construido en la roca, era antaño el lugar donde los hombres, en lo alto del vacío, afirmaban su virilidad rodeando la estructura con anillos, simbolizando su victoria sobre la muerte. Su restauración, que incluye carpintería, albañilería, ebanistería y pintura, se programó entre 2018 y 2019 para preservar este elemento histórico.
Los tesoros de la capilla

Antes de la Revolución Francesa, el campanario de la capilla albergaba dos campanas grandes y una más pequeña. Sin embargo, fueron fundidas para fabricar armas, dando paso a la campana actual en 1809, con fama de alejar los rayos.
Bajando la corta escalinata que hay junto a la capilla y siguiendo el sendero que atraviesa el bosque, los visitantes descubrirán la fuente 400 metros más abajo. Antiguamente, las mujeres arrojaban una horquilla a la fuente con la esperanza de casarse o tener un hijo el año siguiente.
El Guardián y la Naturaleza
La casa del guardián, que data del siglo XVII, se utilizó en su día como pabellón de caza, antes de convertirse en la residencia del guardián de la capilla. Hoy en día, ofrece a los visitantes recuerdos y un lugar donde saciar su sed. La restauración de esta casa histórica duró unos diez meses, desde septiembre de 2013 hasta finales de junio de 2014.
Por último, entre mediados de marzo y finales de julio de 2015 se terminó el patio de piedra situado junto a la casa del guardián, que añade un toque de elegancia a este entorno cargado de historia.
La Chapelle Sainte-Barbe está rodeada de naturaleza virgen, que alberga flora y fauna protegidas. Está prohibido recoger o recolectar elementos naturales para preservar la biodiversidad de este lugar impregnado de fe, promesa y leyenda.