El jengibre es siempre un ingrediente muy discutido en la cocina… Picante para algunos, o incluso “jabonoso” para otros… Siempre me sorprende descubrir que los buenos gourmets pueden morder un bloque de jabón, pero da igual. Venga, manos a la obra, ¡niños y gourmets de todas las edades se mueren por probarlo!
Ingredientes
- Una buena raíz de jengibre
- 8 g de bicarbonato sódico (1 cucharadita)
- 200 g de azúcar
- 500 g de harina t55
- 150 g de mantequilla
- 5 g de sal (cucharadita rasa)
- 5-10 cl de leche
Accesorios
- Papel sulfurizado
- Batidora de ajo y hierbas
- Vaso de fondo plano o cubo divertido para firmar tus galletas
Receta
- Mezcla la harina, el azúcar, la sal y el bicarbonato sódico
- Derrite la mantequilla y añádela a la mezcla sin dejar de amasar, luego añade la leche para que la masa tenga una consistencia agradable, uniforme y no líquida.
- Pela y tritura la raíz de jengibre muy finamente, luego pásala por un colador para eliminar cualquier fibra, recuperando el zumo y la pulpa fina.
- Precalienta el horno a 200 grados
- Con unacucharilla, saca un poco de la masa y dale forma de bolitas de 3-4 cm de diámetro, no demasiado grandes para que puedas multiplicarlas en la bandeja de horno y dorarlas uniformemente en el horno.
- Colócalas sobre papel sulfurizado y cúbrelas con otra hoja.
- Presiona con la base de un vaso para hacer galletas redondas y planas de unos 5 mm de grosor (cuanto más blandas sean, menos crujientes quedarán)
- Mételo todo en el horno y observa cómo se cuecen. No hay ninguna regla, se cuecen bastante rápido dependiendo de tu horno, así que cuando tengan un bonito color entre dorado y marrón, déjalas enfriar abriendo el horno para que se sequen.
- Guárdalas en tu bonito tarro de galletas.



