Duración: 1 hora 50 minutos
Tras aparcar tu vehículo en el Château du Bélon, primero te sorprenderá la vista del pequeño puerto de la orilla opuesta, y después la flora salvaje y exuberante del Bélon, que te conducirá hasta la Pointe de Perquénéo, abierta al océano Atlántico. En este punto, sube la colina y contempla los restos del antiguo “fuerte del Bélon”, encaramado en las rocas que dominan los acantilados, con el océano hasta donde alcanza la vista.
Continúa subiendo por el Aven y descubre las encantadoras propiedades que dan al río, así como la pequeña playa de Saint-Nicolas de Port-Manech, rodeada de exuberante vegetación.
Por último, una vez que hayas llegado a la cala de Goulet Riec, desvíate hacia el campo y no olvides hacer una pausa en el callejón cubierto de Keriantec, un monumento funerario megalítico catalogado como monumento histórico. Este yacimiento, uno de los mejor conservados de Bretaña, contiene dólmenes y piedras erguidas que dan testimonio de la arquitectura megalítica bretona y ofrecen una visión fascinante de la cultura y la vida de los pueblos megalíticos de la región. El viaje de vuelta por la campiña será aún más dulce gracias a esta joya histórica.
Si te apetecen las ostras, ¿por qué no degustarlas en la terraza del Château du Bélon, con su excepcional vista sobre el Aber?